Toda esta aventura de vida, llegó, en el seno de una reunión del club matriz de Synergy, la Fundación L. Club Gijón, y cuando los compañeros del club, decidieron acometer como sociedad civil, un reto, que era ayudar de forma permanente y con un proyecto propio, a la ciudad de Gijón, en el seno de dicho club, surgió la idea de ayudar en esta enfermedad y desde un punto de vista Psicológico y emocional, puestos manos a la obra, organizamos varias jornadas divulgativas que culminaron con un Congreso Médico que organizamos y se celebro en Gijón, donde la idea fue presentada y tomo forma, diversos profesionales de la medicina internacional, nacional y local, entre otros a don Bruno Salvadori (padre de la cirugía conservadora), a don Carlos Vázquez,  al doctor Pelletan, a la doctora Santamaría (unidad de mama de Cabueñes), quienes nos ratificaron su ilusión de que en Gijón se organizara alguna Asociación para mujeres y hombres con cáncer de mama, donde una vez dada la noticia desde las instancias medicas, esas mujeres y afectadas sumidas en un mar de dudas, pudieran encontrar un lugar de acogida y refugio que les diera un poco de luz.

Desde la Fundación Lions Club Gijón, acometimos el reto con ilusión y mucho respeto. Conocimos a mujeres que habían superado un cáncer de mama, mujeres batalladoras, con muchas ganas de ayudar a otras.

Lo primero fue la recaudación de fondos para poder iniciar nuestra andadura, hicimos una cena multitudinaria donde reunimos a 600 personas. Fue retransmitida por la TPA y asistieron artistas que aportaron su granito de arena; de esa cena se recaudó el dinero para hacer la “Bruno Salvadori Lions Fundación”.

Lo segundo que hicimos fue asistir a dos cursos de couching, impartidos por nuestro amigo y compañero Miguel Moran, para ayudarnos y saber cómo ayudar a los demás.

Y así iniciamos nuestra andadura.

Echando la vista atrás, recuerdo cuando mis compañeros del Lions Club Gijón, me propusieron la presidencia de la Bruno Salvadori Lions Fundación, “La Casa de la Vida”, me sentí afortunada de que pensaran en mí  para este maravilloso proyecto y, a la vez me invadió el temor para acometer el mismo, no sabía casi nada del cáncer de mama así que no me quedó otra que aprender y ponerme al día sobre ello. Pensareis que me sirvió de algo, pues no, no me hacía falta para nada, ese no era mi cometido, del cáncer se encargaban los médicos que lo hacen muy bien, lo nuestro era otra cosa, paliar los estragos que la enfermedad y los tratamientos dejan en cada una de nuestras chicas, lo nuestro era desmitificar lo que conlleva la palabrita en sí, cáncer no es sinónimo de muerte, cáncer es, en su gran mayoría, una enfermedad crónica.

Así que con la ayuda de algunos compañeros, nos pusimos manos a la obra. Lo primero fue buscar un sitio donde reunirnos, y un día paseando por Begoña ahí estaba, mirándonos desde la ventana y nos decía estoy aquí, y un letrero que decía, se alquila. Lo siguiente ya os lo imagináis, alquilado ya era nuestro. Después acondicionarlo, os ahorro contaros como estaba, para entrar con excavadora, pero era igual nosotros ya teníamos la idea de cómo dejarlo habitable. Tras muchos viajes a tiendas de muebles, de engañar a algunos amigos para pintar paredes y ventanas, poner suelo, darle lustre, más unos toques de decoración quedo listo para disfrutarlo. En este apartado del proceso tengo que destacar la ayuda inestimable de mis compañeros de la Fundación Lions club Gijón: Aurea, Marisa, Félix, Alfonso, Alex, Luis Castañón, Luis Fernández, Tasio, Tony, Antonio y Cundi.

Inauguramos la casa el día 19 de Octubre de 2008, con dos madrinas de lujo, Encarna Salazar y Paz Fernández Felgueroso. En esos días, firmamos un manifiesto,  con la inestimable ayuda de nuestro compañero Juan Carlos, se realizó un musical “Circunstancias”, por obra y gracia de nuestro amigo Toni Malagas, donde se recaudaron fondos para que nuestra querida casa iniciara su andadura.

Nos quedaba llenar esa casa y ayudar a muchas mujeres, en este apartado tengo que agradecer la inestimable colaboración de mujeres afectadas por un cáncer de mama, Lupe, Tina, Juana, Eva, Conce, nuestra querida Conchi, y voluntarias como Aurea, Begoña, Ana y Gloria. Y alguien del que no me puedo olvidar, mi querido amigo y compañero Miguel Moran, nuestro coach, nuestro psicólogo que tantas horas nos ha dedicado y que tanto le agradecemos.

Ocho años después, varios desfiles- bailes, varias ferias, y demás eventos para recaudar fondos  para el sostenimiento de esta vuestra casa, aquí estamos y aquí seguimos.

Han pasado muchas mujeres por esta casa, unas después de un tiempo se han ido mucho mejor que cuando llegaron, otras siguen y es a ellas a las que hoy quiero agradecer que me hayan permitido conocerlas y compartir nuestras vidas, nuestros malos pero también esos buenísimos momentos, por aprender cada día de vosotras, por vuestro coraje, por vuestra valentía, por las lecciones que me dais día a día, por esas charlas en nuestra cocina, acompañadas de buen café y algún pecado para acompañar, Amor, Ana, Angeles, Asun, Aurea, Begoña, Belén, Carmina, Chabela, Chelo, Conce, Covi, Cristina, Daniela, Elena, Esperanza, Geno, Isabel, Lucia, Lupe, Maria,  María Jesús, Marian, Maribel, Mati, Mila,  Noemí, Paula, Pilar “mañica”, Silvia, Susana, Tere, Tina, Violeta, Yolanda, a todas vosotras que sepáis, que todo esto ha merecido muchísimo la pena solo por haberos conocido, ya formáis parte de mi vida, os necesito en ella.

Para terminar deciros a todos que me siento orgullosa de tener a todas estas personas importante entre mis amigos. Gracias chic@s os quiero.

Un enorme beso para cada uno de vosotros.

Carmen de Gaínza