COVI MAGARZO

Llevo en La Casa de la Vida, desde que La Casa era un sueño, un proyecto que empezó en una servilleta de papel de una cafetería, vi poco a poco como los pilares iban creciendo y ahora miro orgullosa La Casa que las chicas han construido, nunca pude imaginar que el resultado sería este.

A la Casa de la Vida deberíamos llamarla el Fuerte de la Vida, por todo lo que se lucha desde dentro, con Carmen de Gaínza y Aurea Fernández como capitanas al mando de este ejercito de luchadoras.

Todos los años, a finales de verano, nos sentamos alrededor de la mesa de la cocina, a darle forma a su gala anual de desfile y baile, ahí es donde salen sus miedo e inseguridades y se olvidan de todo lo que han pasado hasta aquí, nos preocupa si se nos va a ver más o menos chicha! Y que me saquen sonriendo en la foto! Y si yo voy a la derecha o a la izquierda! Y si se me olvida lo que tengo que hacer??? Qué música nos vas a poner??? Yo quiero algo movido! Yo quiero Salsa! Yo quiero…… – Chicas, chicas!!!!!! Relaxxxx!!!! Es solo un desfile, venimos a pasarlo bien! Es lo que yo les digo, pero no soy consciente que para ellas no es solo un desfile, para ellas es decir estoy aquí, soy mujer, puedo con todo y si alguna mujer que está pasando por lo mismo que yo, que vea que se sale, y se sale bien.

Para mí son todas unas valientes, unas luchadoras, y cada año aprendo un poco más, cada una de ellas me enseña algo, lo que sí me dejan todas claro es que tenemos que aprender a vivir y a disfrutar del día a día. Cada día es un regalo y así tenemos que vivirlo.

Así que chicas, desde aquí quiero deciros que tenéis toda mi admiración,  que quiero seguir aprendiendo de todas vosotras, sois todas unas valientes y gracias a vosotras yo soy un poco más valiente también.

Me vais a permitir que me acuerde de mi padre, el Dr. Magarzo, que junto con otros compañeros soñaron con este proyecto y él nunca pudo verlo hecho realidad, y gracias a su entrega y dedicación a esta causa, estoy hoy yo aquí.

Y recordar: somos como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie.

¡No cambiéis nunca!