CONCE JIMENO

Recuerdo que cuando me dieron la noticia en lo primero que pensé fue en mis hijas, en cómo se lo diría a mis padres (ya que, mi madre 3 años antes había pasado por lo mismo, y lo habíamos sufrido mucho) y en que no me quería morir. Recuerdo que una amiga y compañera me presentó a unas personas que estaban pasando por situaciones parecidas. Verlas y escucharlas me animó mucho y me hicieron ver que había que enfrentarse a ese revés con positivismo y mucha entereza, unas palabras muy parecidas me dijo días más tarde mi cirujana. Para mí, lo peor es el tiempo de espera, mientras esperas a que te operen. Tengo que decir que yo, lo pase peor cuando mi madre.

Doy las gracias a mi marido, por su infinita paciencia y cariño, a mis hijas, que sin preguntar estaban ahí, dándome su cariño, a mis padres que no sabían lo que hacerme para que no sufriera, a mis hermanos que me demostraron que cuando se les necesita lo dan todo y más, a mis amigos y compañeras que me dieron mucho y me escucharon más, sin todos ellos este golpe hubiera sido mucho peor.

Gracias al cáncer tengo otra familia, que son mis compañeras da la Casa de la Vida y que son un gran apoyo en todas las facetas de mi vida.

Hoy, cinco años después, veo las cosas más sosegadas, valoro más los pequeños gestos, tengo más empatía con la gente que sufre y, sobre todo, me ha servido para saber que quiero más a la gente que ya quería y que la vida se vive una vez.

En el fondo, creo que mi cáncer ha sido, después de todo, positivo en mi vida.

Gracias a todos por vuestro apoyo y cariño.

Os quiero